En la primavera de 2019, Peter Brücker será el jefe de desarrollo de KHS en Kleve, que probablemente sea el plazo de ocupación más corto en esta posición: Después de solo dos meses, KHS nuevamente le ofrece la oportunidad de desarrollarse: Como jefe del Centro de Productos KHS para Tecnología de Embalajes, sigue los pasos de Christopher Stuhlmann, quien ha asumido nuevas tareas en KHS, en Dortmund. En unas pocas semanas, Brücker pudo subir dos peldaños de la escala profesional de KHS, en la que desde 2001 ha estado subiendo constantemente.

Mirando su currícula, se podría pensar que este camino estaba predestinado: Los padres dirigen una pequeña empresa de maquinarias agrícolas en Wissel, un pueblo muy cerca de Kleve. Literalmente, creció a la sombra de los dos fabricantes de máquinas de embalaje MSK y Kisters.

Después de formarse como electricista, estudió tecnología de automatización en Krefeld. De vuelta en su ciudad natal, se convirtió en desarrollador de software para ingeniería eléctrica en MSK. Desarrolla programas para máquinas de embalaje que él mismo pone en funcionamiento en todo el mundo. Su próximo puesto profesional es en una empresa más pequeña que se especializa en tecnología de control para la industria del plástico. “Mi responsabilidad abarcaba desde la primera reunión del proyecto hasta la implementación en el cliente”, recuerda Brücker. Esto nuevamente implica numerosos viajes, que lo llevan de México a Corea y China.

»Estoy orgulloso de que participemos activamente en hacer que la industria del embalaje sea más sostenible«.

Peter Brücker
Jefe del Centro de Productos de Tecnología de Embalajes de KHS en Kleve

Ingreso en el líder mundial

En 1999 Peter Brücker se casa. En los años siguientes, construye su propia casa, nace el primero de dos hijos y la familia se establece, como él dice. Busca un trabajo que se adapte a su situación de vida cambiante y le permita concentrarse en un tema, en lugar de trabajar en muchos sitios de construcción al mismo tiempo. Se postula en Kisters, una compañía cuya imagen como líder del mercado mundial lo ha impresionado durante mucho tiempo. En 2001 continuó su carrera como desarrollador de software aquí, antes de que en 2003 Kisters se uniera al Grupo KHS.

Un poco más tarde, a la edad de 37 años, Brücker comenzó a dudar si podría mantenerse al día con los jóvenes programadores que vendrían posteriormente. Comienza a estudiar nuevamente y completa su formación como economista técnico en negocios, para prepararse para futuras tareas de gestión. Una buena decisión: Rápidamente pasa a ser jefe del departamento de Diseño Mecánico, donde durante los próximos nueve años su trabajo será introducir e impulsar la automatización en la fabricación por contrato.

Si le consulta al hombre hoy de 49 años qué quería ser de niño, él responde sin dudarlo: “Jugador de fútbol profesional en el Borussia Mönchengladbach”. Solo después de completar su diploma, a los 26 años, Brücker abandonó su gran pasión por el fútbol.

Sin embargo, todavía tiene mucho que ver con el deporte: Varias veces por semana se toma el tiempo para una corrida prolongada o para la bicicleta estática. Además, Brücker es un entusiasta ciclista de montaña, un pasatiempo limitado por el paisaje plano donde habita. Para terrenos montañosos hace viajes ocasionales a Sauerland, y una vez al año unas vacaciones de esquí en los Alpes son imprescindibles para toda la familia.

Distancias cortas en el Bajo Rin

Brücker está firmemente arraigado en el Bajo Rin y en la ciudad de Kleve: “Excepto por mis viajes de negocios y un breve período de tiempo durante mis estudios, nunca salí de esta región”, explica y describe cómo son las personas de su región: “La gente es abierta y amigable. Cultivamos una gran comunidad en el pueblo, y puedes hablar con todos”. Una de las ventajas de su lugar de residencia es que no está lejos del trabajo: “Nunca necesito más de un cuarto de hora para el trayecto a casa. Aunque salga un poco tarde en la noche, puedo sentarme a la mesa con la familia. Esta es una ventaja sobre los viajeros que tienen que conducir muchos kilómetros todos los días”.

Esta ventaja lo beneficia enormemente: “A las 8 de la mañana comienzo con las citas. Antes de comenzar mi trabajo propiamente dicho, a menudo son las 17 hs.”, describe así su trabajo. “La responsabilidad ha aumentado. Tengo que integrar esto en mi vida diaria y darle a mi trabajo una estructura para que las horas de trabajo se reduzcan un poco”. Brücker también quiere ser un modelo a seguir para sus empleados en lo que respecta al equilibrio trabajo-vida. Además, cuando interactúa con su gente, es importante para él crear confianza y un buen ambiente de trabajo, para permitir que sus colegas trabajen de manera independiente, y para cualificarlos y promoverlos.

Discusión desafiante

Parte de los desafíos que se deben enfrentar conjuntamente en el futuro es la discusión actual del embalaje, que también afecta directamente al emplazamiento de KHS en Kleve: “Como un socio confiable para nuestros clientes, jugamos un papel importante en la transformación de la industria del embalaje hacia una mayor sostenibilidad. Estoy muy orgulloso de que podamos participar activamente en este desarrollo, aunque a menudo en este contexto no hay respuestas fáciles”.

En Brücker, la conciencia sobre el cambio climático también ha llevado a cambios en el comportamiento en privado: “Al hacer las compras, usamos bolsas de tela en lugar de bolsas de plástico o papel. Y personalmente evito los productos que se envuelven doblemente en una envoltura de plástico y luego se colocan en un embalaje de transporte”.

Estos cambios a pequeña escala serán seguidos por cambios a gran escala. Hoy Brücker no puede decir con certeza hacia dónde se dirigirá. Pero está decidido a hacer todo lo posible para garantizar que el sitio de Kleve continúe desempeñando un papel clave en el futuro con sus productos principales.